30 de enero de 2012

¿Cómo es posible?

¡Imposible!

¡Demasiado hacía ya que no me besaban!
O no tan sutil ni suavemente
como la brisa austral y azul.

Sorprendido...

me quedé cegado por mis lágrimas
que de alegría salían a recibir
el frío de ilusión provocador.

Tristemente...

hoy y ahora suelo aún
soñar con tu sonido rompedor
de mares y males; también traición...

No hay comentarios:

Publicar un comentario