Soy sombra de susurro,
perturbado en secreto
por pesadillas perennes.
Vivo encadenado en
cadencias demenciales.
Y mientras, tras de mí,
entre mentiras tientan
sesenta seniles sueños.
Rezo al amparo del dolor
una letanía encinta;
la oscuridad retroalimenta
figuras negras y retorcidas.
Lloran. Y gritan. Agachapadas.
Lejos de todo y de sí mismas.
Entre jadeos: mirada perdida.
Mi corazón...
Mi corazón...
Mi corazón.
No siento
mas que un agarre-zarpa
de tinte azul, y profundo.