30 de agosto de 2018

Las tres torres

Entre tanto y tanto, tanteando
destapé mentiras sobre mí mismo
y duele el duelo que se hace eterno.

No lloro.

Y lloro por dentro.

Mientras, meneo mi mareo errático
y que anhela de aire un hálito, frío:

la noche cerrada.

Mis días.

Más; sin conocer a ciencia cierta
ni siquiera, si la verdad que veo
resiste un parpadeo lunar.