Aros e impulsos de fuego

La tristeza es un empuje
salado sobre los ojos
cansados, en cuales traza
de cereza rayos rotos.

Rotos rayos, como roto
es partido cada sueño
de futuro exhausto y fresco.

La tristeza es gravedad
de Júpiter: son obstáculos
a sortear, muy, muy densos;
son casi de fuego círculos.

Círculos de fuego ardientes,
casi fundidos; se pegan
más con dolor a si mismos.

Poeta de blog chalado p.1

Se me duerme el ojo izquierdo...
Debo seguir, debo seguir.
Me sangra la sangre hervida
en mis ensangrentadas manos.

Debo seguir, debo seguir...
Mi vida de muerto se acaba:
si no renuevo hacia las ocho
comentarán sobre la nada.

Así decía el loco locamente
mientras por otra fiel ventana
se dibujaban solas en el Paint
sonrisas de dolor saladas.

Un contador desfigurado
detrás de la publicidad chillaba;
exponencialmente subían
las visitas y de dolor sus marcas.

Temor a lo que no suena

Suena... ¡Suena!
¿Qué suena?

Suena quizás el rumor
de mil píxels perennes;
tosco y que sabe a rotor
en polvo amortajado.

La risa quebrada también
redobla esfuerzos.
En el barullo silencioso
relojes suenan.

Y en lo hondo e imperceptible
de mi cuarto sellado
desemboca a mí gozosa
la muerte de sonrisas.

No se ve ni se llega a oír.
La oscuridad la siento sólo
ya dentro de mi.

¿Aburrido?

No hay más luz en la difusa luz
que brilla solitaria...
La seda negra que me velaba
ya sin querer me pesa.

Me suena raro el frío silencio
dejando a tantos metros
la distancia larga entre la presa
y mi leal desánimo.

Cosa rara...

Si no lo dije claro
renuncio
a dar más vueltas sin sentido.
A sentarme quizás con tan sólo
una y levísima
sensación de calma o reposo;
aquello efímero
de días por poco imposibles
o pasados...

Renuncio... sí... ¡Qué va!
Si renunciar es pegar
los pies al suelo
ni renuncio ni renada....
Soy un espíritu errante
que yerra en utopías pintadas...

Encerrado

Siento que no siento nada
más que soledad...
Sueño con soñar en algo
menos ideal.

Y suena gris y tan pesado
un batir de ramas altas.
Y mi vida que no fluye
por ellas quiere fluir cantando.

Si esas hojas y verdes
se movieran a mi paso...
Si esas que cortan sombras
con rayos de mar dorados...

Black...

Suena un sonido sordo
tras la tronera túrbida...
Mis ojos son heridas
que dan a la maldad.

Son infinitas heridas
abiertas de par en par.
Testigos tan sólo son
del negro rumor fatal.