28 de junio de 2012

Noche de inicios de verano...

Mi mano a la ventana acerco...

Abro la mente al aire
opaco en un ataque;
me voy contra el tañido
quejoso y tan metálico.

Y tras lograr un poco abrirla...

En busca vana, mi canción;
pérdida, mi lanzado arrojo
premia me muy frío, tan sólo
en una imprecación airada.

La vista con la mía se turban...

Al encuentro con mi ocelo
el suelo, llanura por espectros
dorada, se deja entretejer
por desaliento y sombras.

Y con pesar persigo a la pena...

Y en el cieno encuentro exhausto,
quizás, con la vista un rastro
silencioso, color de hojas;
chillando acre al someterse.

Vuelve a mi sueño Pesadilla.

Mis ideas forjadas no
están, más bien fundidas.
Si mis heridas son
ganas, por quemadura asidas...