Olvidé prescindir de tu risa
y ahora es un vídeo estancado que dura una vida.
Supuse que al fin te me irías, bella,
a pesar de tu cara, de ondas del tiempo, repleta
y los gigas de amor comprimido de l'última puesta.
Pues ignoré subsistir sin tu llama
que ahora, tan de noche, dolor irradia.
Mas te fuiste, dejando la marca
de la terrible y apresurada
escapada
de ideas, sueños y abrazos
en una fulgurosa y fúnebre marcha.
¡No te me vayas! -decía-
¡No te me vayas!
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