4 de enero de 2012

Sorprendido

Se me perdió más de un tercio del millar de mis traseros días.
Todo sin fijarme en que mi vida no ha mutado en ADN regio.
Sigo siendo frágil, quebradizo y no rival del infortunio de la vida.
Lloro sin llorar, por dentro, percibiendo el ruido enlodazado.

Quiero armarme de valor y alzarme con el asta conclusiva.
Mientras, ando absorto del pasar del tiempo y de mis penas:
suenan libres y felices en el vasto edén marchito y súbito.
Siendo así -me sé muy siendo- ¿Qué's mi vida o esperar?

Sólo sé que ahora...

Siento. ¡Siento!
Juro al aire aguado:
que soy yo; que son mis ojos
los causantes d'esta fatigosa humedad.

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