En tras la caída silenciosa:
la cortina de arrugada muerte
recibe después del crujir y ese gris...
gorjeo y dorado, lejano de aquí.
Mas llega; me rozan la notas
el alma y l'antaño de noche.
M'endulzan: l'embrollo del éste;
de sur, obsesión. Me endulzan.
L'amante ligera que templa demencias,
de nube, en sus puras, se acalla.
Lo fastidias con los apóstrofes.
ResponderEliminarPierde musicalidad sin éstos...
ResponderEliminarIgualmente empiezo a no depender tanto de ellos.
Gracias por la opinión. ^^