24 de agosto de 2015

Trabajo en equipo

Miro hacia el cielo oscuro de la noche
buscando las estrellas que anhela mi corazón.
Un parpadeo me roba la mirada perdida
tarareando una canción de amor.

¿Dónde estarás? Me preguntaba siempre
con el alma compungida y cargada de ilusión.
Veo el reflejo en tus oscuros ojos
de una alta esencia todavía ausente en mi interior.

Llévame allí pequeña golondrina,
allí donde acordamos volver a vernos los dos,
pues eternas veladas y muy frías
han remplazado roces; roces de fuego y pasión.

Miro hacia el cielo contento y sin nubes
buscando tus risas mecidas por la fresca brisa:
al fin puedo oír ese sonido dulce
que apacigua los anhelos encerrados en mi.

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