Azul inabarcable y tempranero
que desleíste cada trompicón
de luz. ¿Por qué? Te imploro,
¿Es tu claroscuro un añil mejor?
Me suena tu azul, me suena.
¿Dónde perdí libertad y razón?
Tus versos tristes, que vuelan
con mis versos, ¿No son
una canción dormida de mi vida;
ojos de hielo que hielan mi amor?
Rememoro el sabor; la letanía
de inquietos y besos airados.
¿Nos comimos sin querer la pasión?
Siempre un hilo negro persecutor
clavaba silencios como espinas
del color de cortes y rencor.
Impávido me ciega el sol
con horas de cálidos tactos:
mi cuello y vello erizado
confunden carne con calor.
Te pido cuadro acerbo: ¡Apágate!
No quiero cielo azul ni estrellas
muertas; que laten mis latidos lentos
crujiendo con olor a desamor.
Yo espero, y espero, y espero y
tras cada aroma de cada flor
siento frío. No me engañan mis ojos;
llega la calma oscura y secreción.
Esparcidas aquí y allá rematan
mi cielo estrellado y vida suya:
ella juega conmigo por el día
y por la noche la lloro yo...
Luceros de sombras y luz,
amigos de noche cada día,
consolad, os pido, mi vela
contrita, que no debo dormir;
en sueños sueño con ella:
labio de rojas pasiones,
ocelos de mar azur y
dedos dulces como jazmín.
Que en sueños sueño con ella
fundiéndose este triste azul
con dolor coloreado;
rojo o negro, y de los dos.
-Amanece a lo lejos...
-¡Qué alivio! -digo yo.
Ella sombría me mira:
-Repitamos la canción.
Este poema es de los mejores q he leído en tu blog. Sigue así
ResponderEliminar¡Muchas gracias! ^^
ResponderEliminarLo intentaré xD
Anónimo tuvo buen ojo.
ResponderEliminarMuchas felicidades.
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