25 de febrero de 2012

Sudadera

Si me influiste en el color fue por algo.
No luzco en mi el llevar el viso casual
ni son poco vestigio de unas moradas
líneas LCD de franqueza instantánea.

Si en algo me influiste fue por el color
instalado en mi. La ruina firme; clara,
tan aquí bajo las notas del conjuro está,
anaranjada, dulce y ácida.

Y al hablar de mi relatas
como poco el alborear de mi llama;
como mucho no más que al menos

menos ceguera, más realidad inhumana.
También mareas de incertidumbre salada.
También amor y cariño a la dulce posada.

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