27 de octubre de 2011

La visión sarcástica del cuadro

En la montaña helada,
en el pico infinito increíble,
en de tu culminación
de la vida eternamente ansiada.

Con tristeza, con consuelo...
Por aquellos días duros d'escalada.
Por, mas los otros de pasión
sin sentido, consentidos y vitales.

Mirarás, ahora ya teleportado,
con contornos arrugados y cansados,
frutos de todo (mas muy del tiempo)
rodeando testaduras mi retina,
todo aquello, del pasado, ya presente:

Un vergel liviano arrinconado,
titilante a resplandores alborados.

La sosa y obligada nutrición,
reflejando ese caduco y mal local.

Y esa compañía, de valerosos gestos...
¡Si, jah! ¡Qué valerosos!
Que si del siglo XIII se tratara,
exhibirían plenos de sus pechos la espadaza...

Así la vida, así mi causa.
Quiero un mundo, y sí, mi mundo...
El soñado desde prematura infancia:
dadivoso y claramente manso,
corderito o gallinita.
¿Qué más da patá o costilla?

2 comentarios:

  1. Bluita y Tochomosco perecieron hace ya mucho tiempo. No me apetece escribir sobre ello. Prefiero probar cosas nuevas.

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