8 de septiembre de 2015

¿No hay nada?

A veces entre la oscuridad más honda no hay luz que cale. Nuestros pasos apenas dejan rastro, y el rumbo se pierde mientras damos vueltas en círculo. Es entonces que no hay sonidos, y el silencio se convierte en una prisión desconcertante. Si te quedas quieto puede llegar a parecer que la calma cobra forma, mas en realidad entonces es cuando más perdido estás. No hay cambio sin movimiento, ni movimiento sin cambio. Si bien resulta algo más llevadero, el estaticismo es la forma de huida de un problema personal que carece de forma. ¿Cómo logra uno huir de sí mismo? Una burbuja puede acallar los gritos de afuera, pero el sollozo interno no por ello cesa...

Aún así, a veces es posible encontrar un fulgor entre la nada. Y aunque sin querer parpadee, no se apaga. ¿Como puede un fuego fatuo no extinguirse ante un frío aparentemente invencible? Quizás la llama cree en sí misma. Y resulta una vista magnífica...

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