21 de noviembre de 2010

No es suficiente.

Del suspiro que lancé un día,
salió un trocito; una parte de mi vida.
Volaron pedazos del recuerdo de esa tarde,
y quedaron libres para ir donde quisieran.
Porque mi sueño convertido en realidad... hoy se hace trizas.
Y la distancia es sólo un metro de lo lejos que me dejas.
Los pétalos de flor atrás pensé que quedarían.
Y ahora vuelve el dolor de no saber si me querías.

Debí quedarme aparte, para no tropezar por otra chica.
Pero me juraste muchas cosas.
Y hoy me siento como un idiota.
Aunque lo peor es que de algo no dudo,
y sé que seguirá así durante mucho tiempo;
que mi corazón no cesa ni un momento,
en su búsqueda por el aliento de tus besos.
Así que así es como debo sufrir condena.
Por atar demasiado fuerte mi razón a tus ojos.
Y a mi vida, toda esta pena.

No necesito ni un solo fuego,
para avivar el sentimiento.
Porque si te digo un secreto,
la mera chispa prender lo hace.
Pero estoy como atrapado... en un charco, bien abajo.
Que para mi lo es todo, y tan fácil de él sería sacarme.
Y no puedo odiarte. Ni siquiera mal mirarte.
Solo quiero morir pronto; dejarlo todo lejos.
Porque puedo jurarte: que moriría antes que dejar de amarte.

Pero no me siento bien. Hoy no puedo sonreírte.
Dejaste olvidadas tus palabras en un cajón de mentiras.
Pues de allí salieron todas, y ahora de nada te sirven.
Conseguiste lo que querías, y yo, pasar por lo que huía.
De nada sirve, llorar por nada.
Porque no se quién soy, porque tú me haces ser.
Y los latidos que te hicieron dormir, ahora se paran.
Heridos por una fina cuchillada: fría y limpia como nada.
Un adiós silencioso... clavado por la espalda.

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Lo he contado tantas veces...
Pero es que hay algo que me guía;
me hace seguir hasta el final aún sin vida.
No como todos, ni de una forma permitida.
Pues yo sólo traigo al mundo las palabras,
que nacen al compás de una melodía;
el latido de unos tiempos felices.

Aunque algo no entenderé. Y es que...
¿Por qué no hay respuesta a mi súplica?
¿Dónde tu cariño quedó a la deriva?
Porque mantuve el faro encendido noche y día;
mi amor no podría brillar por nadie más más.
Me dices sin escribirme y siento que te vas.
Sé que sabéis que el porqué no sé.

Pues si todo claro, como ayer estuviera.
Vería los púrpuras y el mar estando en calma.
Y el viento como tus caricias a mi alma.
Todo si por razón alguna... estuviera.
Pues las noches se reflejan en mis lágrimas,
como después de todo así de roto quedó todo,
Y es por eso que lo he contado tantas veces.
¿Vives? Porqué si no mira lo que ya no eres...

Vuelve, vuelve o marcha, pero decídete ahora que aún puedes.

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