17 de noviembre de 2010

Los de ahora...

Sólo un murmullo inaudible que resuena por unos pasillos ya olvidados.
Mis palabras son el llanto y la vida mi desgracia...
Elegí el sendero tortuoso, ahora azotado por las plantas.
Pues ahora nadie lo sigue... quedó abandonado y ahora es de nadie.

Quiero alzar la voz. Deseo que todos lo oigáis.
Pues la vida es desgracia y mis palabras son su llanto.

Sí, escuchadme todos si podéis...
Porque todavía no es tarde y la última hoja no cayó.

Arreglad vuestras almas, corazón y deseos.
Miraos si no, y veréis lo que veo.
El mundo se envenena y la ponzoña somos todos.
No soy yo, ni él ni nadie. Sólo tú podrás cambiar.

Quiero que veas mi mirada. Triste... tras toda esta farsa.
Pues ni dais ni regaláis; pues ni veis ni escucháis.

Sí... de nada servirá esconderse de la verdad.
Porque el final al que os arrastráis será vuestro final.

Y aunque mis palabras queden ocultadas...
por todo, por nada, porque éste todo vale casi nada.
Habrá alguien, sólo alguien, que quizás me entenderá.
Quiero hacer de éste un mundo mejor; gente que utilice el corazón.

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