Me imagino yo una especie de mártir de la humanidad. Un carguero de espíritus errantes que la sociedad desprende por sí misma y que debe cosechar. Un vaivén. La personificación de la impotencia al tratar inútilmente de aliviar algo. Un hombre, sólo, mas no uno más.
Con denuedo, y terco;
renuencia a cambiar;
así de frente y enfrentado
a la marea Sociedad
voy, reticentemente,
rencoroso del hipócrita.
Voy, a veces colérico,
también contigo a la mar.
Allí desprendo solamente,
solo -no hay nadie más-,
mi visión terrible de Tierra
sin las verdes almas: ¡Se van!
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