29 de marzo de 2019

Más introspección

Atrapada, mi dicha infiel,
al son de la coyuntura;
mi desconocido ser sabe
de la autoestima que manca.

No hay paseos idílicos sin
gritos que parten el alma
tras bambalinas añejas y
mi autocondena impuesta.

Retuerzo mi suerte de fortuna
y la embadurno encarnizado
de la oscuridad más oscura
por siempre inconsciente.

Jamás logro aprehender la
pasión conductora. Olvido
ruidos que fueron música
limón, sandía o fresa.

Frutas, que hoy por hoy
resultan insípidas. O bien
extravié mi salero junto
a las demás especias.

Y es más seguro si no pica.
Huyo en definitiva. Huyo
hacia mi interior más alejado
de mis pesadillas rúbrica.

Y apenas llueve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario