23 de mayo de 2010

Nadie soy y nada eres.

Quiero desaparecer entre la multitud y sonar como un susurro en tus oídos.
Que pueda encontrarme quien sepa buscar, pero que me encuentren, al fin y al cabo. Pero sólo aquellas personas que tengan algo que dar, y no esas que lo único que desean es robar.
Necesito ser el viento, para así poderte acariciar. Y ser capaz de llegar hasta a ti cuando lo necesite uno de los dos.
Me gustaría poderte leer la mente, porque nos permitiría hablar, y así no habría distancia, soledad o tristeza que me quitase la felicidad. 
Escribo, siento y pienso, pero sigo creyendo que de nada sirve si no me acercan a ti. Porque aprendí que nada tiene valor para mi si no estas tu para disfrutarlo conmigo.
Lo quiero compartir todo a tu lado: que nos regalemos besos por la mañana, que celebremos unas risas al mediodía y que nos dediquemos unas miradas antes de dormir. 
¿Por qué lo quiero así?
Es fácil saberlo, pues no soy nada sin ti. Todo yo te pertenezco, y estoy guardado hasta que puedas disfrutarme; y yo lo tengo todo contigo, pero también está guardado y me es prácticamente imposible llegar hasta allí...
 Nada eres, nadie soy, y a ti nadie te quiere y a mi nada me llena.
¿Cómo podemos seguir viviendo así?
Yo sé la respuesta, y vuelve a ser muy fácil. Podemos:
porque nos amamos, porque nos pensamos y sólo nos encontramos cuando juntos estamos.

Yo hoy te vuelvo a sentir, y quiero que sientas junto a mi. Quizás así el tiempo pase rápido y vuelva pronto a ti...

2 comentarios:

  1. Desde que no me paseo por aquí Sparki ha adelgazado.
    Sigue escribiendo, me gusta.
    Pailar

    ResponderEliminar
  2. Decíamos ayer...¡que escribas!
    Pailar.

    ResponderEliminar