No llores mi sonrisa, lloraré algún día para que dejes de llorar...
Sonar la triste suena, música, o qué más da...
también me abraza un tacto lento al abrasar.
No llores, mía niña... Te busco, te busco; siempre vago triste tras un llanto más.
Dulces... ¡Dulces!: Lágrimas saladas que no vendrán.
Veo ya todo... La nada olor de hierro aún por oxidar.
No llores, dame fuerzas; para reír debo llorar...
¿Mas qué llorar poeta, qué llorar?... No sientes nada más allá de nada más.
Me atrae mucho el último verso. Me hace recordar, me sugiere muchas cosas. Sigue...
ResponderEliminar