13 de marzo de 2011

Tu maldita hora.

Es la noche tu'aliada que irrumpe fuerte en mi mirada.
Entela húmeda y con rabia, mi retina, y casi que mi estancia.
Es oscuro (es muy rojo) este reino sombra trampa:
las heridas nunca sanan y los besos venenosamente matan.

Cuando duermes o lo intentas; que tan lejos... aich, lamento...
cuando entonces nadie queda, sólo yo solo contigo,
viendo el fin en este escrito, atrapado en to's tus sueños.

Quiero encontrar una mentira o quizá otra dulce melodía.
Suene bien y efectiva, pues más que eso nada importa: nuestra vida perdida...
Debo encontrar una salida, un soplo, una copia del aliento de aquél día.

Veo l'estrella débilmente titilar. Se apaga y jamás regresará.
Muchos órganos vitales pude algún día dibujar, ni que latiesen,
nada de eso, ni mil vidas; todo mi esfuerzo, conseguido quedarte ubiesen.
Tan efímera, mi vida. Al contrario qu'este 0, que conmigo dejarás.

Es ya tarde... y debo descansar.
No hay humano o zombi andante que lo pueda soportar.
Es ya tarde. Parece que verte no te voy a regresar.

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